Existen autores que desde mediados del siglo XX comenzaron a vislumbrar una caída en el periodismo tradicional. Los métodos arcaicos y rudimentarios con los que se ejercía el oficio en antaño, se siguen reproduciéndose hoy, en pleno 2016.
Los periódicos ladran y luchan constantemente por tener publicidad, publirreportajes e insertos pagados que logren financiar su existencia y, además, que generen ganancias.
El dinero no está peleado con el periodismo, pero existe una delgada línea que siempre se debe respetar para que no se piense o se insinúe que se recibió un pago por decir y omitir algo en particular.
La revista Forbes, en un artículo publicado en diciembre de 2013, hizo un recorrido sobre las empresas que han comenzado el abandono hacia los medios tradicionales para llegar al público. En su lugar, gigantes como Coca Cola o HSBC han construido portales con contenidos propios que los acercan a sus potenciales clientes sin necesidad de pagar un intermediario e, incluso, con mejor calidad.
El periodismo de marca no sólo se dedica a divulgar artículos y notas que tengan alguna relación con lo que vende la empresa, sino que transmite contenidos diversos para atraer la atención de los lectores que, como un plus, podrían llegar a ser sus clientes.
Los medios tradicionales siguen con la visión retrógrada de la publicidad impresa como medio de sustento. Un periódico de provincia como puede ser El Siglo de Torreón, vende alrededor de quince mil ejemplares diarios, es decir, que su máximo alcance podría ser, si bien les va, entre quienes compran el periódico y quienes sólo lo hojean por un momento, de treinta a cuarenta mil lectores. Torreón, ciudad en donde radico, junto con su área metropolitana, rebasa el millón de habitantes así que, publicitarse en un medio tradicional, no sería, para nada, una inversión segura.
Las empresas, en busca de tener un departamento inteligente, creativo y ambicioso, han decidido generar espacios por y para la información. Los publirreportajes, para muchos, siempre han carecido de credibilidad dada su procedencia comercial, pero ¿No creen que si una empresa dedicada a la comida rápida divulgara contenidos de salud nutricional, incrementaría su nivel de credibilidad, mejoraría su reputación y estrecharía su relación con un potencial cliente? Considerando las condiciones laborales de los periodistas dentro del gremio tradicional que se encuentra en crisis ¿No creen interesante la oportunidad de laborar ejerciendo el periodismo dentro de una empresa sólida que les asegure una mejor condición laboral y profesional a los reporteros? La respuesta es contundente; ¡Claro que podría ser una mejor oportunidad para ejercer!
Por otra parte, el arma de dos filos, desde la visión negativa, siempre podrá poner en duda la credibilidad de un periodista y de una plataforma de contenidos que, a final de cuentas, busque atraer clientes a través de un ejercicio periodístico aparentemente amable e inofensivo.
La ética, que es el gran valor que debe regir a cualquier persona, debe estar arraigada y adherida a la piel de un periodista. Si él sabe que los productos que comercializa su empresa son dañinos, que contaminan y que transgreden las normas sociales e individuales y, aún así publica un artículo en el que afirme todo lo contrario, entonces estaría cayendo en una contradicción ética y tendría que decidir entre el respeto a su profesión y al público o entre su trabajo y ahí es donde se forman los verdaderos periodistas.
El conflicto de interés estará siempre presente dentro de cualquier medio de información. Las casas tradicionales están trabajando con intensidad para tratar de adecuarse a las nuevas demandas pero, mientras eso ocurre, nuevas líneas y nuevos métodos como el periodismo de marca o brand journalism, han llegado para instalarse y para barrer a los intermediarios que, en este caso, son los medios de información.
¿Bueno o malo?, eso está por verse, lo positivo radica en que los medios se están diversificando, los contenidos son más trabajados y procuran un nivel alto de calidad y aquí, en este punto, el gran beneficiado siempre será el público
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