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¿QUÉ ES EL GÉNERO?

El género, visto desde las ciencias sociales, es una de las contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo a través de un camino arduo desde Simone de Beauvoir con su célebre declaración “Una no nace, sino que se convierte en mujer”, hasta el gran impacto de la “perspectiva de género” que sacudió el mundo y sus prejuicios en los años noventa. Sin embargo y, aunque ha estado ahí tras la cortina por las últimas décadas, ¿sabemos, de forma precisa qué es el género y cómo éste se ha creado?


Equivocadamente algunos piensan en “género” como si quisieran decir “sexo”, haciendo alusión a la genitalidad como etiqueta que deba regir la vida del ser humano, separándolo estrictamente en hombre y mujer, sin intermedios ni matices. Quizá para poder responder a las preguntas de género tengamos primero que abordar una necesaria pero sencilla explicación de lo que es el sexo según lo puramente biológico.


El concepto de sexo nos habla de las características naturales o biológicas que existen en prácticamente todas las especies, incluido el ser humano. Para ponerlo más sencillo y no andar con rodeos, el sexo se determina por aquello que tenemos entre las piernas. Si uno tiene pene se dice que es hombre y si una tiene vagina se dice que es mujer. Práctico y entendible. Sin embargo el género no conoce de cromosomas ni de órganos sexuales.


El concepto de género tiene una significación cultural que hace referencia a un conjunto de roles esperados para cada uno de los sexos es decir, es ese conjunto de formas, comportamientos, representaciones, prácticas e ideas en las que hombres y mujeres son percibidos desde un entorno estructurado por la diferencia sexual. Aquello “propio” de los hombres y aquello “propio” de las mujeres, lo que es masculino y lo que es femenino, lo que es aceptado para un sexo pero rechazado para el opuesto. El género se rige a través de las categorías culturales de un grupo de individuos según sus tradiciones, costumbres y entorno social.


Sin embargo no es posible entender el género sin abordar el proceso de constitución de la identidad. La identidad de un sujeto debe ser entendida tomando precisamente al género como un componente de interrelación compleja con otros sistemas de identificación y jerarquía (Alcoff y Potter, 1993). Es el sujeto quien se construye (o es construido) en sistemas de significado y representaciones propias de la cultura, éstos inscritos en jerarquías de poder. Mujeres y hombres son “hechos” o “producidos” por el lenguaje, las prácticas y las representaciones simbólicas dentro de las diversas sociedades. En lenguaje más simple diremos que “nos convertimos” en hombres o en mujeres dentro de un esquema que postula la complementariedad de los sexos y la normatividad de lo heterosexual.


La identidad sexual se refiere pues a la percepción subjetiva que un individuo tiene sobre sí mismo en cuanto a sentirse hombre, mujer o de un género no binario, dicha percepción se aborda desde el género y no necesariamente desde el sexo. Un hombre puede sentirse totalmente masculino así como puede sentirse totalmente femenino, así como una mujer puede sentirse enteramente femenina o puede sentirse enteramente masculina, según su función en la sociedad, los esperados roles de género para cada cuál, las costumbres arraigadas, las posiciones jerárquicas, la historia de cada individuo y un largo etcétera.


Recordando también que la identidad sexual no es lo mismo que preferencia sexual, pues la preferencia sexual se refiere a aquello que nos gusta y nos excita de forma erótica y romántica.


La serie de normas, prescripciones sociales y estereotipos culturales nos darán pie a moldear el “qué soy” según nuestro entorno inmediato, añadiendo a esto el factor psíquico que cada uno guarda según su historia personal.


El género es, de esta manera, aquello con lo que nos sentimos identificados, ese conjunto de cualidades, significados y experiencias que nos posicionan dentro de lo masculino, de lo femenino o de lo no binario, en un recorrido extenso entre el negro, el blanco y la gama de grises.


Pudiendo decir de esta forma que, cuerpo biológico alberga al género y no al revés.

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