En junio del presente año tuve la oportunidad de ser speaker y uno de los organizadores del primer Foro del Futuro del Trabajo realizado por Responsive Org México.
En este post me enfocaré en la primera parte de la deconstrucción de esta Talk. Soy un fan de la composición musical y últimamente he seguido los vídeos de Shauntrack. Analiza la armonía, la estructura de la canción y cada instrumento por separado, deconstruye canciones. Por ejemplo el clásico de Queen, ‘Somebody to Love’.
En mi carrera profesional también soy un deconstructor de Metodologías, Formas de Trabajo, Equipos, Contenidos y a efectos de este post, TEDxTalks.
Así como una melodía está sobre la base de una escala principal, las charlas TED están basadas en una idea central de donde sale todo lo demás. Esta idea central es que: «Si queremos realmente transformar nuestra Cultura Organizacional habrá que comprender al ser humano en toda su integridad y actuar en consecuencia.»
A lo largo de la charla hice un simil entre el ser humano y la organización. Porque al final esta, está compuesta por seres humanos. No es casualidad que el Derecho a una le llame persona física y a la otra persona moral. Tampoco es casualidad que en muchas organizaciones europeas e incluso americanas muchos CEOs sean filósofos porque comprenden muy bien a la naturaleza humana. Ya escribiré un post de las ventajas de darle un lugar a la filosofía en las organizaciones.
Para hacer esta idea de comprender al ser humano en su integridad la dividí en tres partes: conocerse, pensar y aprender. En este post veremos la primera parte.
Conocerse
Siguiendo con el simil de la persona y la organización. Hoy en día así como hay personas que no se conocen, hay organizaciones que no se conocen. En esta línea vemos que el no conocerse en la organización trae como consecuencia dos tipos de organización:
La organización «quiero todo»; y la organización «aquí todo va bien».
I. La Organización «quiero todo»
Es la que busca estar detrás de todos lados (sin embargo siempre atrás). Quiero ser ágil, quiero mi universidad corporativa, quiero mi programa de intrapreneuership, quiero apoyar a las startups, quiero mis talks propias, quiero mi programa de mujeres líderes, etc. Muchas de estas organizaciones no saben ni para qué lo quieren o buscan tener meramente un certificado o decir que «ya son innovadoras»; o atraer talento con la excusa de que hacemos todo lo que tu buscas. Pero no personalizan, no lo hacen suyo. Hay mucho ruido por fuera y mucho eco por dentro.
II. La Organización «aquí todo va bien»
Hay otras organizaciones que prefieren seguir con la inercia, que prefieren no abrirse. Piensan que va a llegar un tiempo en que lo superaremos a fuerza de ignorar los problemas mientras sigamos vendiendo. Todo esto al costo de ir creando un ambiente tóxico o un ambiente del ‘cuchicheo’ por la necesidad natural de que el ser humano necesita comunicarse y relacionarse.
En nuestra vida también nos encontramos con estas personas, las que no quieren pararse a pensar o que buscan aparentar con «buzzwords»; o aquellas personas que prefieren no atenderse no vaya a ser que acabemos peor. Mientras tanto el trabajo del día a día parecen ignorarlo o dejarlo a un lado y son nuestros colaboradores que más sufren y muchas veces son nuestro mayor tesoro en la organización.
Si no te conoces no sabes lo que necesitas.
¿Cómo podríamos conocernos en la organización?
Conocer a la organización
Una de las herramientas con las que podemos profundizar de manera sencilla es el Sistema Operativo Organizacional creado por nuestros amigos de The Ready, liderados por Aaron Dignan.
Nos puede ayudar a meternos a la mera alma de la organización. También nos ayuda a encontrar: ¿Por dónde podríamos empezar con más urgencia? ¿Dónde podemos tener un área de impacto más grande? O bien los ‘bright spots’ (que recomiendan los hermanos Heath): ¿Qué ya se está haciendo bien? Luego nosotros podemos entrar con nuevas formas de trabajo que se adapten a la organización. También puedes armar con tu equipo un nuevo Sistema Operativo de Trabajo. Atrévete a conocer a tu organización o a deconstruir a tu organización.
En la medida que nos conocemos en la organización al igual que un ser humano iremos encontrando su propósito o lo iremos afinando.
b) Conocer a nuestro usuario
También tendríamos que conocer a nuestro usuario, antes de comenzar cualquier proyecto o lanzar algún producto. Apostar por alimentarse de los insights de usuario y usarlos como una ventaja competitiva. Nos ayudará a cambiar nuestra visión de procesos a proyectos; cambiar y mejorar nuestra estrategia en la creación de productos y servicios.
c) Conocer a nuestros colaboradores
Podemos convivir en la organización pero no conocer a nuestros colaboradores. Saber cómo es, qué le gusta, qué le disgusta, qué cosas trae consigo todos los días a la organización.
Nos pueden ayudar a estos efectos:
i) Manual del Colaborador. Que tengamos un manual de cada uno de nuestros colaboradores desde que entra con nosotros a nuestra organización.
Muchas veces el nuevo colaborador no tiene idea cómo se trabaja en la organización que acaba de entrar (a veces ni las organizaciones lo saben); y tampoco la organización tiene idea el cómo es su colaborador. Se vuelven perfectos extraños.
Podríamos tener este manual de fácil acceso y poner: ¿Qué es lo que más te apasiona de un trabajo? ¿Qué te hace enojar? ¿Qué valoras en las demás personas? ¿Cuál es la mejor manera de comunicarnos contigo? ¿Cómo das feedback? ¿Cómo te gusta que te den feedback?
ii) Check-In. Una práctica sencilla que la puedes incorporar al inicio de cada junta. Sé creativo (ve los check-in de IDEO) o utilizar una sencilla pregunta: «¿Qué traes contigo hoy al trabajo?». Atrévete a conocerlos. Es tan importante saber qué tienen en la cabeza y el ser vulnerables. Interesarnos por toda su persona y no sólo por su lado profesional.
iii) Conversaciones. Tendremos un post de cómo conversar para transformar. ¿Qué modelo de conversación utilizas? ¿Cómo abres la conversación en tu día a día en tu organización para resolver problemas?
d) Conocer al Ser Humano
Hoy en día hemos profundizado tanto en tantos temas y muy poco en la naturaleza humana. Podríamos acudir a la definición clásica de Aristóteles del ser humano como «ser social». Es decir como un ser que necesita de los demás para crecer. Como un «ser relacional». Es decir, un ser que co-existe consigo mismo, con su intimidad y su exterior; y como me muestro ante el mundo con el que co-existo. El año pasado le dedicamos todo un TEDxEvent a este concepto de persona.
Crecer en la intimidad hace crecer al ser humano; así como crecer hacia dentro de la organización hace crecer a la organización. Comprender que el ser humano es un ser en relación es entendido por las mejores ciudades que trabajan y crecen en red. De hecho el ser humano es una co-existencia de redes biológicamente: sus órganos, sus sistemas circulatorio y nervioso; su forma de aprender, importa más la cantidad de conexiones neuronales que sus neuronas en sí mismas.
El ser humano está acostumbrado a trabajar en redes es natural a él. Así lo entienden y hacen las mejores organizaciones fundamentadas en un magnífico Diseño Organizacional. Esos organigramas complicados y complejos; dejan fuera a la agilidad, a la realidad del trabajo y a la realidad del ser humano. De hecho la estructura formal de la organización no responde a la estructura de creación de valor el 75% de las veces.
También saber el cómo aprende. Que da para un post más acerca del aprendizaje y cómo podemos ir más allá del aprendizaje que tanto se habla hoy en día.
Una vez que nos conocemos podemos ir más ligeros, más normales, más ágiles. Estaremos creando un ambiente más descomplicado y más humano literalmente. Creo que vale la pena conocerse y conocerse muy bien. Para poder ahora sí innovar porque ya sabré qué quiero innovar, cómo, cuándo y hacia donde iré y con qué propósito como una persona que se conoce.
En mis 10 primeros segundos dije: «Muchas veces hablamos de innovación de productos o servicios pero pocas veces hablamos de innovación en la cultura. Y es igual o más importante ya que innovar en la cultura depende la calidad de productos y servicios; y por supuesto lugares más felices.»
Ahora toca pensar. ¿Cómo pensar en la organización? Lo haremos en nuestro próximo post.
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